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viernes, 11 de mayo de 2012

CAJAS + POLÍTICO = AGUJERO.


Cuando estudié comercio y marketing me enseñaron que una Caja de Ahorro era una instituciones de patronato oficial o privado, exentas de lucro, regidas por Juntas o Consejos de actuación gratuita y dedicadas a la administración de depósitos de ahorro de primer grado, con el propósito de invertir los productos, si los tuvieran, después de descontados los gastos generales, en constituir reservas, sanear el activo, estimular a los imponentes, y realizar obras sociales y benéficas.




En el boom de la construcción todas las cajas competían por acaparar el mayor número de clientes de hipotecas para “ofrecerlas con intereses bajos dado su espíritu social y benéfico”. Falso. Al explotar la burbuja inmobiliaria nos dimos cuenta de que todos nuestros ahorros en lugar de constituir reservas se dedicaron a engordar mas la burbuja. A ofrecer, mediante argumentos “confusos”, “Participaciones Preferentes” que eran según vendían: “acciones que comprabas por un valor determinado, cobrabas la rentabilidad pactada año tras año y, si querias recuperar tu dinero, sólo tenias que ponerlas a la venta y en menos de 48 horas lo tienes de vuelta. Todo ventajas”. Y en pagar sueldos millonarios cuando los regidores no cobraban, en principio, sueldo alguno.



En plena crisis la mayoría de cajas se fusionaron para crear Bancos y dejar el espíritu social y benéfico oficialmente a un lado. A los directores que no hicieron buena gestión fueron despedidos pagándoles sumas millonarias. Yo creo que se le pagaban ciertas cantidades para, presuntamente, evitar que ciertas actuaciones salgan a la luz pública. Ya que si en tu trabajo no realizas una buena gestión te vas con 20 días por año trabajado a casita.



Una vez fusionadas las Cajas y recalificadas a Bancos llegaron los fichajes estrella. El más conocido Rodrigo Rato, ex ministro de economía de Aznar, Director del FMI, consejero del Banco de inversiones de Lazard, Consejero Internacional del Banco Santander hasta que ocupara la dirección de Caja Madrid para preparar la fusión y reconversión a Bankia y ser el director de la misma.

Con su llegada todo eran halagos y fiestas. Con la llegada de este gran Ministro de Economía todo iba a ir viento en popa. Viento que se convirtió en tormenta cuando apareció en prensa su dimisión y declarando que "Bankia es una entidad con un nivel de solvencia muy alto, además con una muy robusta situación de liquidez y con una plantilla de profesionales espléndida que sirve a 10 millones de clientes y a los 400.000 accionistas". Todo muy esperanzador hasta que apareció que “La auditoría ha presentado una discrepancia por una sobrevaloración en las cuentas del Banco que recibió en 2010 un préstamo del Estado aún no devuelto por valor de 4.500 millones de euros.” Esto provocó que el “Gran Banco de Rato” se hundiera en la Bolsa perdiendo mas del 50% de su valor.

Las Cajas, sin ánimo de lucro, eran gestionadas por políticos para preservar dicho ánimo y se han convertido en el gran sumidero de los ahorros de los ciudadanos.

Está claro que mezclar políticos y bancos es un experimento tan peligroso como mezclar bicarbonato con refresco de cola, no sabes por donde explotará.

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